Se esconden las estrellas
tras la luz de nuestros faros.
Con cemento y asfalto
a nuestra tierra hemos enterrado.
Contraen sus raíces los árboles planificados,
edificios y cañerías les cierran el paso.
Hemos sustituido a la vegetación
por bosques de acero y hormigón.
Ruidoso y humeante es el ámbito
de mentes aisladas en su propio retrato.
De artificios cubrimos nuestra alma durante años,
vuelta imperceptible para el común de los humanos.
Ciegos se vuelven los corazones
que pretenden evitarse el calvario
reprimiéndose mediante artificiales engaños.
¿Dónde estás Naturaleza?
¿Dónde te hemos sepultado?