Con el corazón escriben mis manos
deslizando sus dedos por el teclado.
En mi tinta impresa sobre blanco
es mi alma la que tiene el mando.
Pues ella le otorga el sentido
a las palabras que aquí escribo,
con cada sílaba marcada por la rima,
con cada verso unido en sintonía.
Radical se vuelve mi mente
cuando por mi alma me dejo guiar.
Radicalmente independiente,
sin importarme lo que piensen los demás.
Radicalmente libre,
aborreciendo en el pensamiento la igualdad.
Frente al consenso de muchos,
la creatividad de uno siempre podrá más.