La llegada del ocaso

Un nuevo mundo ante mí se alza.

En llamas el cielo,

en hielo cubiertos,

en el centro postrados

donde se fusionan los sueños.

Un último esfuerzo,

un cálido aliento,

un único abrazo,

un eterno deseo.

Del fuego nacemos,

uno somos de nuevo.

Celeste es mi espada,

mi mirada encantada

y mi cuerpo escarlata.

 

Un nuevo mundo ante mí se alza.

Abandonada la confusión pasada,

el más claro sentir me alcanza.

Después de todo haberlo soñado,

¡cuánto por descubrir más allá de mi halo!

Cuán difuso es ahora mi yo antaño.

Escarlata es el aura que celestes palabras lanza.